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Cuando Erik Dyson dejó el mundo de las organizaciones sin fines de lucro para iniciar su propio negocio, quiso continuar con su compromiso social. Por eso, su empresa de reciclaje de colchones HandUp dona el 60% de sus ganancias para ayudar a personas recién llegadas al país.
No solo eso, los 22 trabajadores de Dyson son en su mayoría inmigrantes, de El Salvador, Guatemala y Chile, entre otros países.
“Tenemos trabajadores de nueve países diferentes”, dijo Dyson.
La contribución social de la empresa se canaliza a través de la organización sin fines de lucro HandUp Influence article, que está dirigida por Debbi Dyson, esposa de Erik. Ella explicó que las necesidades de las personas recién llegadas al país son inmensas.
“Por ejemplo, algunos pueden necesitar ayuda para encontrar abogados para su proceso de inmigración o programar citas médicas”, dijo. “Del mismo modo, otros pueden estar interesados en aprender inglés, pero enfrentan listas de espera para clases. Para apoyarlos, ofrecemos clases individuales uno a uno y práctica de conversaciones”, informó Debbi.
“Estoy entusiasmado con esta empresa porque genera recursos y sirve como un valioso centro para organizaciones sin fines de lucro”, dijo Erik Dyson. “Para mí es más satisfactorio utilizar mi energía para establecer y hacer crecer un negocio e invertir en la comunidad”, finalizó.
Envíe un correo electrónico a Gerardo Beltrán Salinas a [email protected]
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